Su Chun, con sorpresa, acariciaba, seducía y coqueteaba en la zona íntima de Haiping. De vez en cuando, jugueteaba con el vello púbico de Haiping, gradualmente bajando la mano. Al ver que Haiping no reaccionaba, Su Chun se atrevió a acariciar suavemente los labios mayores de Haiping. Como Haiping aún no mostraba reacción, Su Chun usó su dedo índice y anular para separar los labios mayores, mientras que con el dedo medio jugueteaba suavemente con los labios menores. Haiping separó ligeramente las piernas, permitiendo que el dedo medio de Su Chun encontrara su clítoris, el cual comenzó a masajear y frotar en círculos sin prisa pero sin pausa. Bajo el estímulo suave de los dedos de Su Chun —toques, presiones, fricciones y masajes— el clítoris de Haiping se hinchó y erectó, similar a como lo haría el pene de un hombre, llevando a Haiping a un estado de fuerte excitación sexual. El clítoris de Haiping era su zona erógena más sensible. No podía permitir que Su Chun continuara estimulándolo de esa manera, temiendo que no podría contener sus gemidos. Hacer el amor en esta vieja casa con tan poca insonorización realmente la llenaba de vergüenza, timidez y miedo.
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