Con cada empuje del miembro viril, la enorme cabeza del pene de Zhang Yuanhao sacaba a relucir los fluidos del interior de la húmeda vagina, mojando rápidamente el vello púbico de ambos y las sábanas debajo de ellos.
En estos días, había tenido poco tiempo para ver a Doinb, y Tang Xiaoyou también tenía sus propias necesidades fisiológicas. Su vagina, que no había probado los placeres del sexo en muchos días, ya había estado sintiendo picores insoportables. Ahora, estaba siendo penetrada por el gran pene de un hombre al que acababa de conocer hace menos de una hora. La intensa sensación de plenitud impactaba en el corazón de Tang Xiaoyou. ¿Cómo podría resistirse a tal éxtasis? Los tiernos músculos de su vagina se contraían y se movían, envolviendo firmemente el grueso pene del hombre. La fricción generaba un fuerte placer que estimulaba constantemente sus nervios sensibles, sumergiéndola en un éxtasis del que no podía escapar, y sus gemidos cada vez más altos resonaban por la habitación.
"Ah... oh, qué bien... ah..."
Zhang Yuanhao, jadeando pesadamente, empujaba con fuerza dentro de la apretada vagina de Tang Xiaoyou mientras agarraba con fuerza sus firmes y suaves pechos, bajando ocasionalmente la cabeza para chupar uno de los erectos pezones rosados, succionando con vigor.
Después de chupar los erectos pezones de Tang Xiaoyou por un rato, Zhang Yuanhao colocó sus hermosas piernas hacia atrás, presionándolas contra su pecho, haciendo que sus rodillas tocaran su fuerte torso, con las piernas dobladas juntas. Esta posición le permitía penetrar más profundamente, con más fuerza, y al mismo tiempo proporcionaba a Tang Xiaoyou una mayor estimulación.
Zhang Yuanhao no tuvo miramientos y, confiado en la capacidad de su gran pene, cada embestida era un golpe directo al centro de su placer.
Puesta en esta vergonzosa posición por un hombre desconocido que la penetraba con fuerza, la tierna vagina de Tang Xiaoyou era empujada por Zhang Yuanhao, haciendo que salieran chorros de sus fluidos. Después de innumerables palmadas y embestidas, como una crema espesa, se pegaban al vello púbico de ambos, algunos incluso salpicaban con cada colisión, creando una escena de extrema lujuria.
Tang Xiaoyou sintió una sensación de placer sin límites que giraba y se acumulaba dentro de ella por mucho tiempo. La intensidad y profundidad de los empujes del hombre la llevaron al borde de la locura, un estímulo que nunca antes había experimentado en su vida abierta ni durante su convivencia con Doinb. Incapaz de controlarse, Tang Xiaoyou sacudía su cabello y gritaba con desenfreno: '¡Ahhhh... qué bien... más... oh... demasiado profundo. Ugh... voy a... venir... ah... aquí viene... ah'
Con los gritos frenéticos de Tang Xiaoyou, su vagina se contraía violentamente, expulsando sus fluidos mientras su estrecho canal se movía y contraía rítmicamente. Tang Xiaoyou alcanzó nuevamente el clímax más sublime, un orgasmo rápido que invadió su sensible cuerpo, haciéndola temblar incontrolablemente, incluso los dedos de sus pies se encogieron con fuerza. Sus manos agarraban con fuerza las sábanas debajo de ella, mientras su cabello volaba, esparciéndose en todas direcciones.
Después del orgasmo, el cuerpo originalmente blanco como la nieve de Tang Xiaoyou adquirió un tono rosado tentador, quedando sin fuerzas sobre la cama del hotel, como si toda su energía hubiera sido drenada. La intensa y extraordinaria sensación de placer dejó su mente en blanco.
Zhang Yuanhao sonrió maliciosamente, observando cómo Tang Xiaoyou debajo de él era llevada al éxtasis por sus embestidas, gritando sin control. Sintió una inmensa satisfacción, pero no tenía intención de dejarla ir tan fácilmente. Agarrándola por la cintura, empujó su miembro con fuerza un par de veces y dijo con una sonrisa lasciva: 'Jejeje, cariño, ¿te gusta? Vamos, cambiemos de posición, será aún mejor.'
El ataque repentino y violento hizo que Tang Xiaoyou, aún sensible después del orgasmo, emitiera un gemido incontrolable, estremeciéndose por el estímulo. La penetración profunda y súbita del hombre sobre ella le hizo sentir como si su alma estuviera a punto de ser expulsada, dejándola temblando.
'Ah... espera... espera un momento... no te muevas todavía...'